-No, si no
les gusta que les digan psicólogos, ellos son psicoanalistas.
-¿Y qué le digo?
-A qué vino
-Así ¿A qué
vino?
-Sí, como
un cuento. Que te diga qué te quiere contar, para qué fue.
-Para qué
fue
-Sí, dejá
de repetir como un salame. Para qué fue, no por qué fue, tampoco vamos a
robarles. En el taller le preguntaríamos por el qué, no por qué. Qué habla por
sí solo. Para qué, para qué fuiste y tratá de leer esta escena acá para qué
está, esta acción que está haciendo, para contar qué, y vos no se lo digas, es
al pedo. Primero fue el verbo, dijo Dios. Deciles que Lacan también lo dijo, me
lo contó mi analista. Tampoco los vamos a dejar dando vueltas en la calecita
del por qué como unos pelotudos, nosotros somos peronistas, mejor que decir es
hacer. Tratá de que pesque lo que está haciendo, sin empujarla. Como criticar
un cuento.
-O una
novela
-¿Me estás
carganado?
-Pará, no,
no te calentés, lo digo por la novela con la que deben ir a los psicólogos los
pacientes.
-¿Paciente
me decís?
-No,
boludo, otra vez no
-Yo no
puedo terminar la novela… entendés que siento que enloquezco
-Sí, ya
fue, no te entrés a enganchar, volvamos a lo de la plata
-Vos sos mi
amigo, no me jodás con el tema
-Ya fue, no
te estaba jodiendo, no te pongas así
-Ya sé, es
que estoy sensible. Bueno, la mina se llama Silvia, es la del taller Abelardo,
no te pasés, acordate la de Rubén Darío “no tiren lo que no se cayó”. Abelardo
nos dijo que podría habernos dicho el primer día lo que estábamos haciendo,
pero hubiéramos salido espantados. Si le sacudís el árbol, se la va a dar
contra el piso. Si se quiere bajar, acompañala, pero la idea no es que se mate.
No te metás con la pareja, aunque te diga que se están matando. En dos años
jamás mi analista dijo algo de mi mujer, y mirá que le dije cada cosa. No te
metas en esos temas. Y después sí, te van a llegar cuentistas, novelistas. Me
compré un libro de Sartre, en la avenida Corrientes, el guión de una película
sobre Freud, y el prólogo lo escribió un tal Pontallis, dicen que el tipo es
groso, escribió un diccionario de psicoanálisis famosos, y dice que todos somos
autores de una novela de la que estamos privados del sentido. A los
psicoanalistas les cuesta tanto leer que ni leen a Freud, buscan por letra
inconciente y leen la definición. Como si Freud hubiese podido definir el
inconciente. Acordate de Abelardo, cada uno escribe como puede, pensá lo mismo
de la mina, hace lo que puede, no seas duro.
-Te lo
prometo.
-No
prometas, que después te mandás una crítica que deja doliendo.
-Para que
aprendan a leer
-Leen como
pueden, no te lo olvides, vos también contás como podés. Y a tu manera trata de
no, más bien quedate callado. Y quieto. Vos sabés lo que tenés que hacer...
- Sí, dejar de robar por dos años
La buena noticia de la presentación del Plan
Nacional de Salud Mental (PNSM), debe servirnos como excusa, al menos, para
conversar sobre el mismo. Después de tantos años de lucha, de años en los que
se reclamó por los derechos de quienes padecían la atención manicomial intra y
extra muros, podemos decir que tenemos Ley Nacional de Salud Mental. Tenemos
también los porteños la experiencia de la Ley 448 de la ciudad, la cual es
letra muerta ante la falta de un colectivo organizado que garantice el
cumplimiento de la misma y no sólo declamaciones públicas. Que el PNSM haya
salido de un estamento estatal nos obliga indefectiblemente a hablar de política.
Sabemos que el campo de la salud mental en la Argentina no es muy dado a
discutir de política en serio. Pero en esta oportunidad, más que nunca, se
vuelve imprescindible hacerlo. Por la negación del sujeto, su objetivación, es
que nos oponemos al manicomio, porque no da lugar a otras existencias, hace
como que no existen, y por eso mismo es que tenemos que conversar de lo inscripto
en el PNSM. Porque la única experiencia que se reconoce para la elaboración del
mismo es la experiencia radical, sólo se nombra la experiencia
desmanicomializadora de Río Negro. Y se la nombra del modo al que fue nombrada
esa experiencia, el modo antiperonista y liberal. Mientras Basaglia, que cerró
los manicomios en Italia nombró a su práctica desinstitucionalización, como buen
intelectual marxista, por la negación de la institución en términos
dialécticos, los abanderados de las instituciones la bautizaron
desmanicomialización. Así comienza el apartado Antecedentes del PNSM:
“Debió pasar medio siglo para que en América latina
y, sobre todo, en Argentina, pudierasortearse una historia de avances y retrocesos en materia de Salud
Mental(a). En nuestropaís, los desarrollos pioneros que se
iniciaron hacia fines de 1950 (el
´55 es mediados) se vieron interrumpidos por la última dictadura
cívico-militar y las devastadoras consecuencias que tuvo el terrorismo de
Estado puesto en práctica por ella. A los desarrollos retomados tras el
advenimiento democrático y hasta 1989
le siguió un ciclo neoliberal, que, enmarcado en la doctrina del llamado
“Consenso de Washington”, avanzó en el desguace
del Estado y el consiguiente arrasamiento de las políticas sociales, lo que
incluyó otros muchos desarrollos institucionales y culturales de
avanzada”.
¿Quién lamenta lo interrumpido iniciado después del
derrocamiento de Perón? ¿Qué fue lo pionero después del ´55? ¿Qué fue eso tan
importante que duro casi veinte años, desde fines de los cincuenta al setenta y
seis, que se interrumpió? ¿Así que con Alfonsín vuelve el desarrollo y desde
1989 a 2003 la nada?
“La década del ’90, amparada en una democracia
formal aunque excluyente, provocó efectos ya no sólo de interrupción de prácticas –como, se dijo, aconteció en períodos
anteriores-, sino que trajo un incremento de daños poblacionales y una banalización descalificadora de
terminologías y funcionamientos de dispositivos para las buenas prácticas en Salud Mental. Pese a que fueron mantenidos algunos espacios de
atención, lamayoría de ellos
padeció una fragmentación, tanto dentro del Estado como fuera de él. En los
‘50, fue a partir del despliegue creativo de líderes en Salud Mental que
cuestionaban el orden manicomial lo que demostró que era posible adentrarse
en caminos hastaentonces inexplorados.
La creación de alternativas con producciones institucionales yresultados sólidos se convirtieron en ejemplo
de estos senderos.
Tras las devastadoras consecuencias de la dictadura cívico-militar y el
neoliberalismo de los ‘90, y más allá de los avances ocurridos en el primer
tramo democrático, recién a partir de 2003, durante el gobierno encabezado por
el entonces presidente Néstor Kirchner, la Salud Mental fue priorizada en las
políticas sanitarias.”
Más adelante agrega:
“En ese marco, una reforma emblemática fue la
impulsada por Río Negro a partir de 1985. Reconocida
a nivel internacional, incluyó la apertura de dispositivos de atención con
base territorial y de servicios de Salud Mental en los hospitales generales de
esa provincia,laconformacióndeequiposinterdisciplinariosparaatenderproblemáticas mentales en
sus lugares de origen, y un intenso trabajo comunitario con el eje puesto en la
inclusión social de las personas con padecimiento mental. Hacia 1988, se
concretó el cierre definitivo del hospital psiquiátrico que estaba ubicado en
la localidad de Allen, en el Alto Valle del Río Negro. En 1991, además, fue
sancionada la Ley Provincial Nº 2440, llamadade“PromociónSanitariaySocialdelasPersonasquePadecenSufrimiento Mental”.
“Descalificación de terminología”, “las buenas
prácticas en salud mental”, “líderes”, “reconocida a nivel internacional”,
“dispositivos de atención con base territorial”, si no es en la Tierra, dónde,
nos preguntamos, es el repetido discurso de los organismos internacionales. Si
fue en los noventa que comenzamos a escuchar hablar de la formación de líderes,
como si los liderazgos pudieran crearse desde arriba, cuando sabemos que se
generan desde abajo. Tienen todos la misma lógica, el Banco Mundial, la ONU, la
OMS, la OPS, no se diferencian en nada. Funcionan a base de préstamos a los
Estados. Viven del Estado para criticarlo. El Ministerio de Salud argentino
gasta un tercio de su presupuesto en medicamentos y funciona básicamente con
programas con financiamiento externo, en dólares, con los conflictos por
divisas quetenemos, un
déficit de 1.800 millones de dólares,y sin la plena implementación de la Producción Pública de Medicamentos. El
Plan Nacional de Salud Mental valora lo reconocido internacionalmente y nos
preguntamos por qué no reconoce otras experiencias, si sabemos que en el
extranjero saben de varias.
En las "Jornadas Nacionales e Internacionales:
Salud Mental y Derechos Humanos", organizadas por la Red Reforma Cabred,
en la Universidad de Lujan, vinieron de Uruguay, el amigo Paulo Alterwain, de
Brasil, de Italia, también estuvo el asesor regional de la OPS. Recuerdo la
valiosa intervención de la compañera y amiga María Graciela Iglesias, quien
recientemente, por si hiciera falta, dio muestras de su compromiso renunciando
al cargo vitalicio de jueza, para asumir al frente del órgano de revisión de la
Ley de Salud Mental. Eso es priorizar lo colectivo por sobre lo individual. La
política de Estado por sobre la corporación. Recuerdo a Rafaelle Dovena, el
extrañable compañero y amigo triestino y sus recorridas por la Argentina,
relacionándose con distintas experiencias locales. Pienso en la experiencia
llevada adelante en Santa Fe, durante la gobernación de Obeid, pienso en Iris
Valle, y en que en Brasil reconocen la experiencia santafesina. Pienso en las
acompañantes comunitarias de General Pico La Pampa, en las de Moreno. Pienso en
las dos invitaciones de la Universidad Federal de Río Grande do Sul al
municipio de Moreno para contar de su trabajo en Salud Mental, de su casa de
externación, su Centro de Día, pienso en Pellegrini, de quien también se sabe
mucho fuera del país, como seguramente de tantísimas otras experiencias que
desconozco, por la desconexión que tenemos en el sector público, entre los
miles de municipios del país.
Lo de Pellegrini sirve de ejemplo para centrarnos
en la discusión sobre la política y el modelo de Estado. Jorge Pellegrini condujo
el cierre del manicomio de San Luis y la clase profesional argentina que
rechaza la política lo ninguneo. Mientras Pellegrini no era vicegobernador de
los Rodríguez Saa, era la estrella del Congreso de Salud Mental y Derechos
Humanos de Madres de Plaza de Mayo, después no se lo vio más por ningún lado.
Recuerdo en la Red del Oeste, cuando se comenzó a articular con Open Door la
atención en los municipios de pacientes que estuvieron internados ahí, quienes
conformábamos la red reconocíamos el valor de lo hecho en San Luis, de la
importancia de su Hospital Escuela. Y sabemos que son los contextos los que
hacen posibles las experiencias y la política conduciendo, porque son políticas
de Estado que se llevan adelante. Estados que eligen, conforme a la correlación
de tensiones interna, a una persona para que conduzca un proceso, que a una
persona excede. Cuando Pellegrini asumió su cargo como vicegobernador, tiempos
en los que la política volvía a la sociedad en su conjunto, la clase media
profesional lo dejaba de lado, argumentando los Rodríguez Saa. Mentira, porque
ahí siempre estuvo, fue por el rechazo a la política, por el trabajo que
implica llevar adelante una experiencia desmanicomializadora, porque hay que
confrontar políticamente, confrontar con las corporaciones profesionales.
Confrontar con las corporaciones, movidos por estos tiempos.
Cuando leo los antecedentes del Plan Nacional de
Salud Mental, se me viene un nombre a la cabeza, el de uno que prefirió
trabajar para los organismos internacionales de crédito y salud. Que difunde la
epidemia de la depresión y el alcoholismo, sin poner en cuestión los poderes
económicos que los generan. En el año 2008, después de los dos fallos de la
Corte Suprema de Justicia en Salud Mental, la Corte organizó una jornada sobre
el tema que la OPS compiló
en un libro. Les recomiendo lean las palabras del Presidente del Supremo
Tribunal, el Dr. Lorenzetti y del funcionario de la OPS. Es preciso saber cuál
es el posicionamiento político de cada uno en esto, porque cuando hablamos de
salud mental estamos hablando de políticas públicas, es decir, de política. Y
en el 2008, hacía 6 años que gobernaba Lula, Kirchner había terminado su
mandato, un año de la elección de Cristina Kirchner, Chávez fortalecido, Evo
gobernando, tres años que le habíamos dicho no al ALCA, ante la Cortes Suprema
de Justicia, Hugo Cohen, Asesor subregional en salud mental para Sudamérica
OPS/OMS señaló:
"Existen una serie de elementos que deben ser
analizados y tomados en
cuenta cuando se hacen este tipo de evaluaciones. Estos son:
·La inestabilidad económica y social.
·La débil gobernabilidad en los países de la región.
·El crecimiento de la pobreza y la inequidad.
·El aumento del desempleo y de la economía informal.
·El deterioro del Estado para cumplir su función rectora (hay países que
incluso tienen que reconstruir sus estructuras estatales y
gubernamentales)".
¿Por qué en el PNSM no se reconoce la experiencia
de ningún Estado local nacional y popular? Sin reconocer el trabajo ajeno, no
se llega lejos. Los mejores no traen a nadie. Sacar la reglita italiana de las
buenas prácticas para medir realidades argentinas, excluye, esa regla no sirve.
Lo señaló muy bien un hombre que vivía en el Montes de Oca, donde sucede otra valiosa
experiencia a la que no se consideró en los antecedentes y es una política
pública en Salud Mental del Gobierno Nacional, que viene llevando Jorge Rosetto
al frente del nosocomio desde hace más de cinco años. El CELS reconoció las
mejoras en la atención hechas durante su gestión, pero, tampoco se habló de
ello en los antecedentes. Ese hombre, que vivía en el Montes de Oca, en un
partido de fútbol que jugó contra un equipo de italianos, en el marco del festival
por la salud mental “Patas Arriba”, dijo “los locos tanos tienen todos los
dientes”.
La única manera en que pueda llevarse adelante un
cumplimiento efectivo de los derechos humanos en el campo de la salud mental,
es con un Estado de Bienestar. Y las directrices de los organismos
internacionales siempre atentaron contra ello. Porque no reconoce lo local, lo
nacional, lo popular, valoran lo que es reconocido internacionalmente. Son los
que tienen la panza llena de buenas prácticas. Si las cantan como si fueran
normativas Isso, cobran por hablar de ellas en la Argentina y vivir cómodamente
en el extranjero. Vienen miden y te dicen quedás afuera. Recuerdo unas jornadas
en un hospital bonaerense, si no me engaño el Hospital Belgrano, en el que
asistí por mi trabajo con las estadísticas de Salud Mental de Moreno, a una
presentación hecha por Cohen. Estaba el entonces responsable de la salud mental
de la provincia de Buenos Aires, e Isaac Levav, un reconocido epidemiólogo de
organismos internacionales. Cohen intentaba reprocharnos a los municipios que
no habían podido conformar una estadísitica de salud mental, porque no nos
adaptábamos a la herramienta, por eso fueron tan pocos los Estados relevados en
el informe que difunde el Ministerio de Salud con datos epidemiológicos de
salud mental. Recuerdo que le cuestioné su metodología, porque no es la
realidad la que tiene que adaptarse a la herramienta, sino la herramienta a la
realidad. Al terminar, Levav preguntó si era epidemiólogo. Por tan poco. Sabemos
muy bien los argentinos del nivel técnico de los funcionarios de los organismos
internacionales y de la solidez de sus proyecciones.
Celebramos los avances, la Dirección de Salud
Mental y Adicciones, la Ley, la reglamentación y la posibilidad de poder
presentar un Plan Nacional. Pero en tiempos en los que se reclama la
posibilidad de escuchar otras voces, determinar con la voz única, no suma darle sólo lugar a una experiencia.
Hay una falta clara de representación de los sectores públicos de salud,
municipales, provinciales, que desde hace muchos años vienen llevando adelante
programas creados por un trabajo militante y orgullosamente militante, posibles
por el lugar que los Estados locales dan a la Salud Mental. Pero en el Plan
Nacional, en los antecedentes, no se reconoció ninguna de todas esas
experiencias, no particularmente porque sea salud mental, sino por quién
conduce el Ministerio. Donde se tapa con afiches en las unidades sanitarias, el
festejo de los laboratorios con cada incorporación de vacunas al calendario,
vacunas que no hay necesidad de que sean obligatorias. Para que ese plan pueda
hacerse efectivo, es necesario reconocer el trabajo del otro. Reconocemos la
importancia de un plan, pero es preciso un plan federal de salud mental, no la
proyección internacional de una experiencia mítica. Y para ello es necesaria la
conformación de un Movimiento Nacional de Salud Mental con Derechos Humanos.
Compartimos un diálogo entre compañeros para que se sumen a la charla.
-Cómo andas? ¿y? ¿Qué te pareció?
-Te lo paso con algunas correcciones ortográficas
-sin piedad por favor
-y te agregué algunos signos de interrogación como para poder saber a qué te referís. Por lo pronto, vamos por parte. No soy un estudioso sobre lo que representa el pase o cuál debiera ser su función última, el hecho mismo de saber cómo es el dispositivo me desalienta a cualquier tipo de lectura sobre el tema. Principalmente, porque indefectiblemente es un ritual de reconocimiento. Donde un tribunal te dice pasaste o no pasaste y creo que quien pasó no necesita andar solicitando confirmaciones. Eso por un lado. Ahora, por el otro, me parece muy valioso que te hayas mandado a escribir un texto así pero implican un par de preguntas ¿Sólo los que terminaron su análisis pueden analizar? La pregunta que te hago es ¿Por qué te pusiste a escribir sobre eso? Es claro que estás discutiendo con alguien ¿Con quién?
-Puede ser, no sé. Desde un tiempo estoy con esto de la formación del analista y capaz que es una inseguridad propia mía, no sé, me veo tan cerca de arrancar a trabajar y bueno, viste como es la neurosis ¿no?
-Me parece que hay algo de eso. Lo que te digo es, decí lo que tenés para decir vos. No lo que dijo tal, por lo tanto lo que dijo el otro, por lo tanto lo demás. Un analista se autoriza a sí mismo. Para arrancar sólo necesitás vos autorizarte. Arrancá, supervisá y la cosa se pone en marcha.
-armar la trama que el desenlace ¿no? Lo voy a masticar, no me queda otra. Gracias, vieja. Gracias por tomarte le tiempo más que nada
-Gracias hacen los monos. Me honra que me lo hayas mandado. Me parece que te metés, y eso es lo maravilloso, a molestar con un tema. Y es ¿Qué mierda es el pase? Si presentaras esto ante los que hacen cola por pasar, te dirían cómo podés hacer tantas afirmaciones sobre el pase sin haber pasado. De hecho me diste una idea. Yo le pregunté a mi última analista cómo es el pase y me respondió ¿Qué querés, que te cuente de mi pase? Y claro, no contestó. ¿Por qué no responder ante nuestros analizantes esa pregunta? Si no es ante ellos ¿ante quién? Mi aspiración es lograr un espacio a la verdad más allá del dispositivo analítico. Debemos preguntarnos ¿Por qué para hablar de ciertas cosas tenemos que ir ahí? ¿Qué pasó que de golpe se necesitan analistas?
-Yo supongo, así a rápida respuesta, que esa posición, que está destinada a ser perdida, a hacerse duelo posterior, nadie la encarna, simplemente porque nadie sabe, ni los analistas , sobre el dolor psíquico.
-Hablemos entre compañeros ¿Si le respondés eso a un ñato en un bar creés que te entendería?
-ajajaja no
-Lo primero, hablar claro. Hice un seminario con Nasio en el que el ñato dice que cuando escribe tienen dos fantasmas en la cabeza: uno el de alguien que recién arranca, por lo que tiene que ser claro; y dos, sus maestros, por lo que tiene que ser riguroso teóricamente. Bukowsky dijo "Los intelectuales hacen de lo simple algo complicado, y los artistas de lo complicado algo simple". Si analizar es un arte, hablemos simple. ¿Leíste a Davoine?
-Bueno, va de nuevo entonces. La gente va análisis porque la pasa para la mierda y busca que alguien la escuche. Después lo que pasa ahí es otra historia.
-Perfecto. ¿Pero por qué hablar con el analista y no con otra persona? Que la humanidad la pasa mal hace mucho tiempo y que existimos nosotros muy poquito, un siglo en la historia no es nada ¿Pero acompañado de qué nacemos? Del discurso disciplinario. El psicoanálisis es hijo del discurso disciplinario. ¿Qué es esto de ponerse a nombrar las acciones del otro como conducta? Ahora, el psicoanálisis fue más allá que el padre, por eso analizar no se trata de disciplina. ¿Leíste Kafka? ¿Ante las puertas de la ley?
-Claro, exacto, va más allá. Sí, lo leí.
-Ahora pensá ese texto como un pase. ¿De qué creo que se trata un análisis? De contarla desde otro lado, no de contarla distinto. Porque te podés quedar en el mismo lugar de por vida. Pero de otra manera. Nunca te tenés que olvidar la variable espacio y tiempo, inseparables y que de lo que se trata es de algo en movimiento así que no hay lugar para nombres porque sino anulamos la dialéctica…
- Para poder contarla distinto, tenés q haberla escuchado, sentido, vivido. Sino ¿Qué movimiento vas a hacer?
-Mejor dicho, la negamos, es imposible anularla. Para ir a análisis tenés que haberla vivido, sentido, escuchado. Ahora, yo tuve dos análisis en los que mis analistas no salían de la cosa imaginaria: ¿Por qué? Y no se trata del por qué de lo que hacés sino de qué. Por eso Lacan dijo, primero es el verbo. Si podés me gustaría una crítica tuya sin piedad de un texto que te mandé por mail.
-Faltaba que te puedas escuchar o que estés preparado, en esa posición de escucha, supongo. Claro, por eso es todo cuestión de posiciones
-¿Falta?
-ajajaja me agarraste
-¿Sabés lo que decía Masotta? La falta es una cuestión de derecho, no de hecho. Lo mismo "Me agarraste" ¿Vos creés que esa respuesta podrías haberla dado vos sólo? No, es la respuesta que genera este discurso que impera ¿O de qué otra cosa se trata el imperialismo que el impero de una misma forma? Esa forma se encarna discursivamente y la encarnación discursiva de una lógica que es no ser un perdedor, porque no se trata de ser un ganador, sino de no perder, porque el que pierde, perdió. Son tan hijos de puta que le llaman looser. Eso es doloroso. Me recuerda a mi primo rosarino diciendo "pobre pibe". Nunca escuché sentencia más lapidaria.
-me dejaste pensando
-entonces, donde lo que prima es no fallar "me agarraste", puta, la chingué, no la tendría que haber chingado, dije falta, la puta madre
-ajajajaja
- Encima, acá se hace una cosa muy chota con la traudcción de falta porque nunca se traduce como falla, porque los analistas prefieren no mostrarse fallados. Pero de lo que se trata es de no estar fallado "los más baratos están fallados" dicen las vidrieras. Fallado es no ser como el de la vidriera, que se encarnó en televisor. En pantalla. Llevamos una pantalla en nuestro cuerpo. En cada bolsillo tenemos una pantalla. ¿Te pusiste a pensar en que jamás en la historia habían conseguido tener a la mayoría de la población mirando lo mismo?
-creo q esta la respuesta de porque la gente va a analisis no?
-Porque le dicen que está fallada. Entonces ¿No se trata de que militemos por otros lugares desde donde existir? A ver si se dejan de joder con el ideal de amor y terminan con la neurosis de los fracasos amorosos. Nadie deja a quien ama. Lo pueden dejar, pero esas boludeces de que la pareja no marcha por cómo uno se comporta ¿Comportate de orto modo? Eso es conductivismo, disciplina. No funciona porque es difícil que funcionen las parejas con un discurso así. Resulta que viene todo el mundo con lo mismo, pero es una cuestión neurótica.
-uno no se puede escapar de eso ,que hace sino? va analisis? y ahi? si la cosa camina sufrira un poco mas..
-No se trata de si uno se puede escapar o no ¿Por qué escaparse?
-el error está en creer que no se va sufrir.
-No es sin consecuencias contarla desde otro lado. Pero me parece que indefectiblemente tenemos que militar por otros lugares en la sociedad ¿Leíste la nota a Charly?
-A eso iba, pero nadie quiere consecuencias. Por eso se toman la pastilla. Sí , es genial
-La mayoría de los analistas lo celebran, qué copado y después los mandan en cana. Te lo puedo contar. Sé el precio que se paga, me echaron de trabajos. Por denunciar que dejaron a un tipo atado, por denunciar que la metropolitana fajo a pibes de la calle. ¿Te pensás que alguno de mis compañeros saltó? Y fueron los que me lo contaron para que lo denuncie. Por eso la militancia que más respeto es la sindical. El tipo que pone en juego algo, que si pierde se queda sin laburo, y la familia paga las decisiones del ñato. "Actualmente, no veo otra política posible para el psicoanálisis que la siguiente: cuanto más extendida, imponente y dominante se revele la función psi, más se hace preciso apartarse de ella" Jean Allouch. Y yo agrego, combatir la función psi. organizarse contra la función psi.
-¿Puede ser que sea producto de la búsqueda de reconocimiento a nuestra práctica?
-Se originó en la Inquisición. Pudimos saberlo por Zaffaroni. Zaffa va más lejos que Foucault genealógicamente y por motivaciones diferentes. Cuando escribieron las leyes y dijeron, ok, pero quién dice quién es bruja levantaron la mano los médicos. Dijeron que las brujas son maníacas. Qué mejor discurso que el médico para disciplinar. Hay algo que es claro, hay un bien funcionar del cuerpo biológico.
-¿Cuánto hay de querer ser parte de ese discurso? ¿qué de luchar contra él como pregonamos siempre? El poder del saber, es algo fácil en lo cual caer.
-El tema es que creemos que el saber nos lleva al poder y creo que justamente es lo que te aleja de él. Ahí queda el análisis de lo imaginario lo que te decía de mis dos primeros analistas. Saber sobre el hacer, sobre lo que uno hace, sobre lo que hace el otro. Un análisis se trata de otra cosa, porque sino parece que el acto es algo inalcanzable. Como si el fin del análisis fuera un acto. No, no es un acto, son una serie de actos. Pero saber por qué hacés lo que hacés, te deja en el mismo lugar sabiendo. Podés hacer lo mismo distinto, de otra manera pero lo mismo si estás en el mismo lugar, eso lo hacés seguro.
-Claro , el tema está en que no es sin consecuencias seguro.