martes, 12 de noviembre de 2013

¿Qué tenemos los psi para aportar a la sociedad?



Los profesionales tenemos una responsabilidad civil, nuestra práctica está reglada por el Estado, a través del Congreso de la Nación. Vivimos tiempos en donde el discurso técnico está sobrevalorado, por la parolata que utilizaron después de los setenta. Como no querían discutir de política, se trataba de escuchar a los que sabian, y llenaron los programas de profesionales. Los profesionales algún conocimiento tenemos, mucho o poco, nuestra palabra es valorada por la sociedad. Entonces nosotros los psi tenemos que aportar a este proceso. El aporte de Freud fue el sujeto dividido. Todo psi sabe que hay una contradicción con la que no vamos a poder acabar: la que existe entre quiénes somos y quiénes deseamos ser. Cualquier psi que practique algún tipo de terapia sabe del padecimiento subjetivo por la tensión entre cómo son y cómo quisieran ser, entre cómo es su vida  y cómo debería ser, y cuando escuchamos ese debería nos encontramos con un ideal de familia que se difunde en los medios de comunicación. El poder de los medios de comunicación radica en su posibilidad de diseminar un ideal de otro, extranjero.
Psicología de las masas y análisis del yo es una obra reconocida más allá del alambrado psi. Antes del surgimiento del nazismo Freud señaló a la identificación como soporte de los fenómenos de masas liderados. Los miembros de la masa se reconocen entre sí porque reconocen un mismo liderazgo. Freud enseñó que un ideal puede ejercer ese liderazgo. Nos alcanza con pensar en cualquier idealismo político y la continuidad en la lucha por alcanzarlo, más allá de la muerte del líder, así lo demuestra. En las Facultades de Psicología poco se habla de la alienación porque los textos que a ella se refieren, generalmente, vienen con marxismo. La materia Psicología del Trabajo, en la carrera de psicología de la UBA, pasó con la dictadura que cerró la facultad, de leer el Libro rojo de Mao, Engels, Althusser, a enseñar los modelos de liderazgo de lease afair, nos enseñaban que si a los trabajadores se los vigila, aumenta la producción porque sienten que su trabajo es valorado, nada tenía que ver con el 24% de desocupación.
Los psi sabemos que la realidad es una construcción, más allá de que difiramos si se trata de una construcción colectiva o una construcción individual. Salimos de la animalidad por lo simbólico. Le damos sentido al mundo. De eso se trata la cultura, de una manera de dar sentido, entre otras. En las carreras de marketing dan a leer a Lacan. La marca de ropa interior de los corazones, la más importante del país, encargó a una lacaniana la estrategia publicitaria, y si sabemos de qué marca hablamos no le erró. En las universidades de Estados Unidos se han invertido a esta altura miles de millones en investigaciones sobre la conducta humana, para poder mejorar ventas, para dominar mejor. Recordemos la película I como Ícaro, con los experimentos de Milgram. El conductismo estadounidense se difunde por el mundo, la conducta estadounidense prima. ¿Cómo poblaciones que no viven en los Estados Unidos actúan como las personas que sí? Por la televisión. Difundieron un modelo ideal, la población que asiste a esas imágenes, a esa ficción que los medios difunden, se identifican con ese modo, es decir, se alienan. Alienarse es colocarse en el lugar del otro, identificarse es lo mismo.
Al identificarse el sujeto otorga al mundo el sentido de aquello con lo que se identifica. Valora lo que el otro valora. Repite cómo el mundo debe ser y de no ser, padece. En una cultura donde prima el consumo, los medios de comunicación hegemónicos, con el poder de determinar qué puede y qué no puede hacer el Estado, son propiedad del poder financiero y por eso te venden en la propaganda la tarjeta de crédito para que compres lo que ves en la tele. La ropa de los actores está en venta. Los medios de comunicación venden su poder de construir realidad. Cualquier medio de comunicación tiene ese poder, son signos. Me refiero a los medios de comunicación como signos porque fijan un único sentido y estará en el lector identificarlo y reconocerlo como un sentido entre otros y no hacerlo sentido único. Con poblaciones que disminuyen más y más su circulación por el espacio público, no se trata de seguir preguntando por el sabido exceso de niños frente a una pantalla, sino de preguntar cuántas horas por días pasa un niño sin un techo sobre su cabeza, cuánto tiempo intercambia con otros niños que no sean parte de su familia y en el espacio público.
Los psi sabemos de la represión como efecto de la cultura. ¿Homosexualidad reprimida o sociedad obtusa? La hétero normatividad del psicoanálisis y la psicología. Donde la ley reconoce otras  uniones como posibles, se ve mucho más amor por las calles de la mano. Los medios de comunicación tienen otros medios de reconocimiento, o mejor dicho, de identificación. Difunden en toda América la imagen de jóvenes de los barrios marginales, que todos llevan gorras de baseball. La televisión es la causa de que nuestros marginales latinoamericanos también anden de visera, se identifican con los jóvenes marginales de los Estados Unidos. La razón de la existencia de todos esos jóvenes es el ataque del poder financiero de los Estados Unidos a los Estados Latinoamericanos, para hacerse de nuestros recursos, empequeñecer los Estados con sus políticas. Es el mismo poder que atenta contra el Estado de los Estados Unidos, que no le permite que le garantice el acceso a la salud a sus pobres, “cada uno que se salve solo, no le facilitemos las cosas porque les hacemos un mal”. No se trata de facilitar, sino de garantizar. Esa es la misión del Estado, garantizar los derechos de la población, que se los encuentra detrás de cada necesidad.
Considero que los psi tenemos la obligación y una responsabilidad social, en tanto profesionales, porque así lo establecen las leyes. A riesgo de equivocarnos proponer, que no se trata de ser el propietario de la idea individual, sino partícipe de la construcción colectiva de la realidad. Una realidad individual, se la intenta conseguir con dinero, está llena de gastos. Una realidad colectiva tiene como condición reconocerse en el otro, aquel que también reconoce la realidad como una construcción, pero en tanto construcción distintas maneras de construirla. Una realidad colectiva implica reconocer los distintos modos de contarlo, pero reconociéndonos  parte de una historia que nos une, que nos aúna, sin individualizarnos. Los medios de comunicación individualizan, atentan contra el tiempo colectivo, los lazos de solidaridad, contra el encuentro presencial entre los sujetos. Los psi sabemos de los procesos de construcción de la realidad, y ese conocimiento debe ser compartido, después que cada uno elija. Daremos la pelea.



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